"Los días del desierto se desvanecen en las noches del Nilo. El calor omnipresente empuja una cámara inquieta de mi alma. Desciende un delirio placentero. Desierto, mar y cielo. Picos de pirámides, flores de loto y palmeras se arremolinan y mezclan. Me tambaleo al borde de lo tangible y lo imaginario. En algún lugar entre este mundo y el siguiente, el pasado y el futuro, encuentro mi hogar".

"Diestros dedos se mueven con el ritmo de un maestro. Golpean y golpean, dirigen y crean mientras las alfombras ruedan desde el telar. Aparecen formas. Lotos, palmetas y arabescos en marrón terroso y verde suave. Hay magia en la creación, en el movimiento. ¿Echarán a volar como mi imaginación desde que llegué a esta necrópolis del desierto? Suban a bordo. Intentémoslo. Puede que nos abalancemos hacia el cielo lleno de estrellas".

"Camilla Franks y Roeqiya Fris se conocieron en Ámsterdam. Les unió un amor compartido por el arte, el color y la creatividad, y así nació una hermosa asociación. En esta colaboración, los artesanos de CAMILLA reinterpretan los diseños únicos de Roeqiya, combinando su estética característica con el inconfundible e icónico estilo de CAMILLA para crear obras de arte únicas".

"Desde aquí arriba, podría tener el Valle de los Reyes en la palma de mi mano. Un santuario dentro de un globo de nieve. Lo monumental hecho diminuto. Arena. Fuego. Agua. Oro. Luz. A medida que el globo desciende, el mundo se va enfocando. Los sonidos se suavizan y las llamas disminuyen. De repente soy pequeño, miniaturizado por los poderosos que sacudieron los cielos y la tierra. Realeza grabada en roca y siglos de historias grabadas en piedra. ¿Cómo podrían unas manos tan pequeñas capturar algo tan vasto?".

"Es noviembre en Marsa Alam, pero el aire es suave y el Mar Rojo cálido. Los peces se zambullen en el coral. Su caleidoscópico juego del escondite evoca recuerdos y espejismos: dioses con cabeza de animal, alas, plumas, escamas iridiscentes y piel de serpiente. La presencia primigenia de Egipto se manifiesta en un vívido vórtice de colores eléctricos, a medio camino entre la ensoñación y el delirio".

"Mis pasos resuenan en las baldosas al entrar en el Palacio de las Joyas. El museo de las maravillas brillantes de Alejandría es una magnífica fusión de arquitectura islámica y europea. Los querubines revolotean en lo alto, los arcos dorados y las cornisas enmarcan los frescos. Piedras, perlas, oro y plata. Me lo bebo hasta que el alma me centellea y los ojos me bailan. Esto fue una vez una residencia real y, por un instante, imagino que también es mía".

"La luz del sol de finales de noviembre proyecta un resplandor rosado sobre el Palacio de las Joyas de Alejandría, mientras se hunde lentamente tras las palmeras, iluminando uno a uno con colores centelleantes frescos y galas, querubines y tesoros. Cada delicado destello es a la vez un recuerdo y una promesa. En otra vida fuimos reinas y diosas. En otra vida, volveremos a serlo".

"El aire se enfría mientras desciendo bajo el Valle de las Reinas, a la tumba de Nefertari. Aquella para la que brilla el sol" está muy viva. En paredes y columnas, flanqueada por ankhs, escarabajos y fénix egipcios. En cámaras y pasillos, llevando regalos a dioses con cabeza de chacal y halcón. Las estrellas revolotean en lo alto mientras los espíritus guardianes la guían al más allá. Reveladme vuestros secretos, celestiales".

"Al entrar en el mercado de Khan el-Khalili, en El Cairo, me invade una embriagadora ráfaga de aromas dulces y especias. Desde un rincón escondido, unos instrumentos de cuerda entonan una melodía desconocida, un nuevo ritmo que mis pasos deben aprender. Para un nómada como yo, navegar por el caos resulta fácil. Me entretengo durante horas, absorta. Saboreo ricos dorados, líneas intrincadas, paisajes de acuarela y tesoros textiles. Al salir, compro una postal: un recuerdo de un lugar especial, dirigido sólo a mí".